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El cruce desde Balbín y Galván hasta el Parque Sarmiento está organizado para que los peatones circulen de una única forma, debiendo esperar dos o tres ciclos de semáforos y caminar innecesariamente por trechos muy extensos si se desea ir hacia otros lugares. Un ejemplo es cruzar desde Galván y Ruiz Huidobro hasta Balbín y Valdenegro: si se respetan las sendas peatonales, es necesario caminar hasta dos cuadras de más, algo dificultoso para personas con movilidad reducida. Naturalmente, no es una opción pretender que los automovilistas respeten la prioridad del peatón en otras esquinas. Esto ocurre desde la YPF de dicha esquina hasta la General Paz, que siempre tiene tránsito habilitado. Propongo reorganizar todo el cruce para que, de una vereda, se pueda cruzar hacia la opuesta sin necesidad de dar grandes rodeos. Para ello, se debería recurrir a nuevas sendas peatonales, más semáforos viales y peatonales, lomos de burro, mesetas reductoras y, en caso de ser necesario, intervenir plazoletas y paradas de colectivos para que todo apunte a una mayor seguridad vial. Hoy, ese tramo de Balbín hacia General Paz se utiliza casi como autopista, y existen numerosos centros educativos, deportivos y de salud en la zona.